15.6.05

CRÓNICAS DEL OCHOYMEDIO 19 – ¿A ESTAS RATAS QUIÉN LAS MATA?

El sorprendente y fulgurante anuncio de boda de Ataturk Smith y Marisol Liu, además de henchir de gozo los corazones del clubdelochoymedio y allegados, provocó un efecto dominó en lo que a acontecimientos de índole social se refiere, pues desde entonces los eventos varios se han sucedido a un ritmo trepidante que ha acarreado más de un colapso nervioso, más de una lumbalgia y hasta incluso algún trastorno de personalidad.
Nada que no se pueda superar con un mojito en una mano y unas buenas hawaianas en los pies (tras una buena pedicura), dos de los elementos fundamentales para afrontar las altas temperaturas in a good mood.

La noche siguiente al anuncio del enlace nipo-mormón el club volvió a reunirse para celebrar con el Rubio Vikingo el Aniversario del Lolita. Beverly, Kakatua, La Niña Probeta, Tweety, el Mariscal y La Carrington calzaron taconazo y modelazo para lucir palmito en una de las mayores reservas espirituales del voto de centro-derecha. Voto que se empinó aún más si cabe hacia el centro derecha tras la aparición en ropa de colegiala de la siempre recatada Gauchita, cuyos lametazos a la piruleta crearon en más de uno una extraña envidia hacia el Rubio Vikingo.

El viernes trajo la deserción de una buena parte del club, si bien esta circunstancia no desanimó a algunos de los miembros más fervientes defensores del Friday Night, como Electroscotch y Kakatua, que acabaron secuestrando y arrastrando a Cleo Bowles hasta el mundo del clubbing. Porque hay gente incondicional de la noche, pero es que también hay gente con muy muy poca fuerza de voluntad, eh Cleo??

Y eso que había que prepararse para el sábado y la gran fiesta sorpresa en honor de Le Petit Maistre. Miss Bijoux y Su Elfo, con esa fuerza creadora que les caracteriza se marcaron un tanto jugando a científicos clonadores de seres humanos. La fiesta, además de sorpresa, fue todo un must de la temporada pre-veraniega. La exhuberancia de la flora del ático, la internacionalidad del piscolabis, la heterogeneidad de la concurrencia, y los grados del alcohol formaron un perfecto puzzle que sirvió para demostrar la facilidad del club y su entorno para convertir cualquier ocasión en un auténtico fiestón. Y todo esto mientras Grecia, país que va a dar mucho que hablar en las próximas crónicas, ya veréis, se alzaba con el triunfo en Eurovisión, lo cuál no podía sino ser una señal del más allá.

El “no me lo puedo perder” se impuso, y excepto extrañas ausencias, todo el club se plantó la careta para cantar Cumpleaños Feliz al recién llegado, cuya compañera sentimental cada vez cuenta con más adeptos dado su irresistible charm tan poco frecuente en estos días. Vamos, que parece que nació para desayunar todos los días en Tiffanys.

También hubo post-fiesta, esta vez en El Sol, tras constatar que las hawaianas están reservadas sólo a unos pocos, entre los que no se encuentran los balcánicos porteros de templos de la chonez erasmus como el Palacio de Gaviria o Joy Eslava.

Los pasos de ecuador semanal han comenzado a ser de obligado cumplimiento con la llegada del buen tiempo, pues a un miembro del club que se precie no se le ocurre encerrarse en casa de lunes a viernes tras la jornada laboral, en lugar de pajarear alegremente por las noches capitalinas. Y si además se trata de un MUST en caja alta, cualquier otro plan debe quedar relegado rápidamente. Así ocurrió con el concierto de Anthony and the Johnsons, al que acudieron entre otros Mariscal, La Niña Probeta, Tweety y La Carrington. Intentar plasmar con palabras el cúmulo de pasiones y emociones que este crack alienígena transgénico hallado en los cabarets de La Gran Manzana desató en las dos horas de concierto, carece absolutamente de todo sentido. Baste decir que una parte importante del club ya tiene su entrada para revivir el concierto esta vez en el Kursaal donostiarra (tope charm de lo más cool), y que La Niña Probeta tiene un plan para secuestrar al nuevo rey de la Música para que cante y toque el piano por los siglos de los siglos en la Green Room at Saint Mathew Inn.

El viernes siguiente también aparecía en el calendario con un gran círculo para indicar la celebración de la Primera Velada de La Maison du Lotus, prolongación empresarial de La Little Vietnam. Marco Polo se ha propuesto acabar con los problemas de desamor en la city, así que con la ayuda de tres busconas de tomo y lomo – Kakatua, Mariscal y La Carrington – y la inestimable colaboración de Marisol Liu en los fogones, ha puesto en marcha el proyecto “cena entre desconocidos que lo mismo alguno te hace tilín y lo mismo no surge el amor, pero un buen casquete te echas”. La velada contó con dos de los miembros solteros del club más solicitados: Tunafish y Electroscotch, que dejaron el pabellón muy alto. En líneas generales la velada concluyó con gran éxito, mucho buen rollo, copas por doquier y una constatación: el rollo hetero soltero está fatal, durísimo, dificilísimo, es más fácil encontrar un talibán en un vuelo de PanAm que un macho hetero soltero en Madrid. Los que no están pillados han decidido que van a intentarlo en otra liga. Y con este panorama, luego nos sorprendemos de los extraños comportamientos de algunas de nuestras solteras heteras más próximas. Todo el mundo atento al desarrollo de la Primera Velada Gay.

Así llegamos al sábado, y qué mejor para evitar la marabunta humana que en tal día inunda calles y plazas, terrazas y bares, que hacer una íntima barbacoa en la infrautilizada terraza de Saint Mathew Inn. El problema habitacional surge cuando la intimidad de la barbacoa se extiende a 30 hooligans de la cerveza y la morcilla, agitados y animados por la recién descubierta vocación DJ-Gogó de La Tarzana (la que un día fue tímida). Calvin D’Orbe, La Niña Probeta, Tweety, Mariscal y La Seca, además de permitir a La Tarzana convertir la a-priori tranquila reunión en un auténtico fiestón outdoor, desplegaron toda su hospitalidad de oro, y agradecidas y emocionadas solamente pudieron decir, gracias por venir….

Ese fin de semana en cuestión, un reducido núcleo del club, hizo saltar por los aires el consabido días de mucho vísperas de poco, pues Tunafish, La Niña Probeta, Kakatua y La Carrington enviaron tono politono “peluca” al 888, se plantaron modelazo y directos a la fiesta En Plan Travesti, esa mezcla de feísmo y petardeo, llena de imposibles mujeres como la Jorja, Susi Pop o Agnes La Sucia, que al besarlas aflora espontánea la exclamación “¡rasca mamá!”. Allí, se unieron a la Tesorera del Club de Fans de Fati Glamour y familia, para no perder detalle de la actuación estelar de Chico y Chica, principal reclamo de la noche. Y como el club es muy de estar en el stage y en el backstage, tardaron poco en acabar en lo más alto rodeados de todo el showbizz freaky travelón, con la Diosa Olvido aplaudiéndolos a rabiar, su advenedizo marido convirtiéndose en superamiga de ellos, y Vampirella dándoles consejos de lo más variado. Pero un momentazo tan cósmico no puede terminar de golpe, sobre todo cuando la Colbyco no te espera al día siguiente. Ese fue el sentir generalizado de la concurrencia, que entonó el “a mi casa no” en tanto una larga procesión de pelucas, boas, taconazos serpenteaba Gran Vía arriba en dirección al Weekend, que se convirtió en una prolongación de EPT. Y es que a estas ratas quién las mata, sobre todo a Kakatua y a La Carrington, que no a gusto con cerrar también el Weekend, decidieron adentrarse en el misterioso mundo del afterhours dominical y así experimentar qué se siente cuando uno se cruza a la salida de un club con una ciudad entera que se dirige con cara de lunes a su trabajo. Nunca más vigente aquel Madriz me mata.

La semana transcurrió llena de los más diversos y variados acontecimientos de la más diversa índole, pero que todos ellos acaban antes o después del mismo modo: terraza y cerveza (por cierto, ¿cómo no hemos dedicado aún una crónica elegíaca a la cerveza, ese maltratado líquido revitalizante que llegando mayo se convierte en el sustento alimenticio casi único de algunos de los miembros del club, como La Niña Probeta o La Carrington, y que se diga en el idioma que se diga – beer, birra, bier, pivo, cerveja… - suena también?). Estas reuniones que hacen sin duda alguna el transcurso de la semana más dulce y célere, pueden suponer un doloso y oneroso problema cuando se conjugan dos circunstancias: Individuo X se queda un poco más con Electroscotch + Individuo X a la mañana siguiente tiene que coger un avión. ¡¡Qué suerte, Tweety, que la línea Madrid-Budapest tenga más frecuencia de la que cabría pensar!!

Ya el viernes, la terraza con mejores vistas y camareras más tordas de Los Austrias, acogió un nuevo meeting del club, rindiéndose al mencionado culto a la cerveza, al veraniego culto al mojito, y al siempre presente culto al gintonic en vaso ancho. Tras este deleite sensorial, algunos intrépidos como Tunafish, Cleo Bowles, Electroscotch o Bambolo, este último por una vez fuera de la guarida balcánica, cumplieron fielmente con la visita semanal al clubdelochoymedio. Allí se encontraron con Kakatua y La Groove Armada, dispuestas a superar sus desgarrones afectivos dándose al placer del baile y quién sabe si también del roce carnal. Es lo que tiene el club, que cuando se marca un objetivo, nada le desvía de éste, y de eso la que más sabe es la Bowles, que también llevaba tatuado en la frente “de perlas”.

Y el sábado no pudimos ver a Sofía Loren, pero debió ser la única que se perdió el desfile de La Casta y Malas Lenguas en unas recónditas catacumbas medievales (el éxito de un desfile radica incluso en la originalidad del setting), porque el resto del club casi al completo, incluyendo a la hermana del Mariscal llegada de Prusia para discutir con éste el reparto de un castillo del XVII fruto de una herencia, se acodó frente al catwalk para no perder detalle de las últimas y siempre sorprendentes creaciones de los inimitables Madame Bijoux y Su Elfo. Hasta Fati Glamour y el Dalton mayor llegaron a la cita, tras una ligera pérdida del sentido de la orientación.
El aftershow tuvo lugar en ese ensayo de paseo marítimo que se ubica a los pies de la residencia de La Carrington y el que una anciana inca sirve tan deliciosos mojitos. Delicioso anticipo de una jornada dominical en la que unos petardearon, y nunca mejor dicho en La Latina, otros televisionaron la final de Roland Garros frappé en mano, y otros no sabemos qué harían, pero seguro que cualquier cosa menos echar de menos el lunes.

Ay, queridas, así es el anticipo estival, tan placentero y sensorial que hay que dejarse llevar y pedir una caña más. Y con esta filosofía de vida tan llevadera, who’d kill these rats?

No hay comentarios: