CRÓNICA EUROVISIVA - 2ª PARTE

Y por fin llegó el momento. La convocatoria anual más ineludible para todo espíritu euro-festivalero que se precie. La cita más esperada con el kitsch, el chochi y el pop. La oda al color, al desmán, al desfás, al macarrismo, al sinsentido. El encuentro más anhelado de países, naciones, culturas... en pro del plagio y el truño. La mayor pasarela de estilismos imposibles y disparatados.
En definitiva, LA FINAL DE EUROVISIÓN!!!!!!

El club decidió habilitar un lounge paralelo en la fiesta de despedida de Tunafish (cuyos pormenores se verán reflejados en una muy próxima crónica) para poder disfrutar sin incordios del mayor espectáculo del mundo (o al menos de Europa) en directo desde Helsinki. Tweety, Ataturk, Killer Neomamma 2, Mariscal y La Carrington fueron los primeros en coger butacas de palco para un mejor visionado de la gala, a los que luego se les fueron sumando entre otros Marisol Liu, La Niña Probeta, Cleo, Miss Bijoux, The Enemy, La Seka, Le Petit Maistre o incluso La Lechaza Jr.

Mientras que nadie pareció mostrar mucho entusiasmo por la propuesta desafinada, repetitiva, machacona y zafia de RTVE, la mayoría de los elogíos fueron para:

- La revisión glam de Suecia (quién no pensó en T-Rex?)
- Las posh girls de Rusia (si bien plagio del I'm horny)
- La fantasía de espejo y plata de Ucrania con el Paquito Clavel del Volga
- El blues desgarrado de Hungría con parada de bus incluida
- El evanescence-rock de Finlandia, un pelín más de lo mismo

Y sin embargo se aupó con el número uno el rollo bollo serbio de Marija ŠERIFOVIĆ , esa cantante híbrido entre Antony (sin Johnsons), Isabel Coixet y Manolito Gafotas, de voz sin embargo prodigiosa, con tendencia a caerse de no ser por la sujeción que le brindan unas jóvenes y bellas balcánicas salidas de una peli de James Bond de los 70, que además hacen las veces de coro. La canción se llamaba Molitva y a pesar de nuestro dominio del serbio, no sabemos muy bien qué quiere decir ni a quién está dedicada. Para todos aquéllos que no lo vieron o lo quieran recordar:

http://www.youtube.com/watch?v=DVLINmPsrLY

Pese a que ninguno de los televidentes del club vaticinó esta victoria, todo el mundo se mostró de acuerdo con el resultado del televoto paneuropeo, toda vez que se trataba de un bello tema pegadizo, bien interpretado, original en cuanto a puesta en escena, que no cedía a la presión de la lengua inglesa y que además podría contribuir a una mayor visibilidad del lesbianismo en Europa (¿la nueva K.D. Lang del viejo continente?). Y la porra se la endosó la Bowles por haber apostado por Ucrania y Rusia, medallas de plata y de bronce respectivamente a pachas con Mr Craving, un gafapasta en toda regla (para que luego digan que los gafapasta son muy intelectuales y no pilotan de Eurovisión).

Profundizando en la actuación de España, que se alzó con un merecido quinto puesto (empezando por atrás, eso sí), viene al caso una reciente reflexión de una parte del club. Mariscal suele proclamar, con La Carrington de acuerdo por una vez y sin que sirva de precedente, que la inmigración no ha traído a España más paro, inseguridad o delincuencia. Lo que ha traído es mucho horterismo y chonismo a nuestras calles, ya sea de nuestro hermanos de América Latina, con su propensión a la lycra y al elastane, al color blanco sí o sí y a la bisutería dorada, ya sea de nuestros primos rumanos (y aquí entiéndase también búlgaros, moldavos, kosovares...), con su afán por el calzado de punta, el peliteñido, la tachuela y el brilli-brilli. Pues bien, España se la devolvió con creces con el estilismo de sus representantes. Qué, os gusta el blanco, la cresta, la lentejuela, el brillo, los mil bolsillos, las correas por doquier, la camiseta ajustada? Eh, chonas? Pues aquí tenéis taza y media. Todo pa vosotras, queridas audiencias rumanas y búlgaras. Donde las dan las toman. Y de este modo decidieron vengarse y presentaron a la boyband patria que pareciera estuviera recién salida de los baños de La Polana.

El tema votaciones también es desde hace años motivo de controversia, debido fundamentalmente al fenómeno Uralvisión que comentábamos en el post previo (un poco de scroll down). En Europa han surgido naciones a tutiplén, por todos lados afloran independencias desde la caída del Muro, y claro, todos se creen que la forma más rápida de integrarse en Europa es celebrando dentro de sus fronteras tan magno evento. Esto ha traído un aumento del número de participantes y por tanto la necesidad de celebrar una semifinal previa clasificatoria.

Pero también ha puesto de relieve la gran solidaridad que existe entre estas naciones, pues se conforman verdaderos ejes que se autovotan whatever truño se presente. A saber:
- Eje escandinavo o vikingo (Islandia, Noruega, Suecia, Dinamarca y Finlandia). Este eje ya existía, es de ayer, de hoy y de siempre, pero da por saco igual.
- Eje balcánico o peliteñido (Eslovenia, Croacia, Serbia, Montenegro, Bosnia y Macedonia). Coño, jasdeputa, hace dos días os matabais, os odiabais y ahora somos las más amigas del mundo mundial.
- Eje ex-URSS o Chernobil Effect (Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Armenia, Azerbayan y Georgia). Otros que tal bailan, ¿no os teníais mucha manía también vosotras, que estáis tol día cortandoos los gaseoductos las unas a las otras, zorras? pues no lo parece.
- Eje báltico (Lituania, Letonia y Estonia). Son sólo tres y enanas, pero a veces tienen el apoyo del eje vikingo y a veces del eje Chernobil, con lo cual han ganado dos certámenes recientemente.

Además de los ejes, en las votaciones se viene poniendo de relieve el cada vez más marcado mapa de la inmigración continental. Si eran míticos los tradicionales 12 puntos alemanes para Turquía, ahora empieza ser también una constante los 12 votos españoles para Rumanía (y 10 para Bulgaria, casi todos ellos curiosamente enviados desde el Corredor del Henares) o los 12 puntos de Austria para Serbia. Algo que también resulta curioso, pues no está muy clara la relación entre emigrar y perder todo sentido de la objetividad. Debe ser la vena patriótica que no todas las naciones cultivan igual de bien, pues en ningún momento vimos a Tweety hacer amago de sacar su móvil para votar a Alemania ni a Le Petit hacer lo propio para votar por Francia (bastante ha tenido ya con votar por Sego hace poco).

En fin, con este percal, poco pueden hacer naciones fuera de los ejes y sin millones de emigrantes allende sus fronteras, como Holanda, Suiza, Portugal, Irlanda, la propia España... por no hablar de Andorra (¿para cuándo un eje ibérico, como el lomo?). Sólo cabe esperar sorpresas, y haberlas haylas, como los inesperados 12 votos de Albania para España: ¿Por qué Albania? Why? What for? What's the purpose? Ha sido por el estilismo? El tema ya está en manos del C.S.I. Del de Las Vegas, que se ve que funciona mejor para estos casos del más allá.

Para acabar, decir que muchos se enteraron la misma noche de la gala que la canción española estaba perpetarda por Rebeca, tu mejor amiga, la que se fue a la isla, la que peinaba su pelo, pintaba su cara, se perdía en la noche y se quemaba en la playa. Pues bien, hasta La Colbyco han llegado rumores de que las nenas de d'NASH van a cambiar un pelín la letra de su tema de cara a su tourné veraniega por Bollullos del Condados y Villabotijos de Abajo. Será algo así como...

I hate you Rebeca, IIIII EEEEEE OOOOO
Vete ya a cagar, IIII EEEE OOOOO
Qué truño que has hecho,
Nos la has endiñado,
Las vas a pagar....


IIIIIIEEEEEEEEEEEEEOOOOOOOOOOOOOO